En el empeño por alcanzar la excelencia se encuentra la clave del éxito de las labores de hostelería. Alcanzarla supone la sinergia de diferentes factores: buena formación personal, una alta motivación y un equipo profesional integrado desde la cabeza hasta el último eslabón. Todo eso ha de estar unido a una finalidad clara que es el servicio a la persona, que no se puede subordinar a otros valores de menor interés, como puede ser el rendimiento económico. Todos las demás aspiraciones se alcanzarán como consecuencia de la primera, cuando se atiende con criterios de excelencia.
El desarrollo de este contenido corresponde en primer lugar a los empresarios, pero con igual responsabilidad a todos los demás integrantes de la plantilla empresarial. Se entiende mejor esta necesidad cuando se piensa que el servicio concreto a la persona se realiza ordinariamente por los trabajadores más alejados de la dirección. Corresponde igualmente a las escuelas de formación en todos los niveles y corresponde a también a la sociedad, que debe formar a sus ciudadanos para que acojan agradecidamente los servicios recibidos y valoren en su medida a las personas que los prestan.